lunes, 23 de junio de 2014

Estado de flujo


Sonia entra en estado de flujo. Se encierra en su habitación y se olvida de comer y de hablar con sus amigos. Ya no sale como siempre a hacer la compra ni a ir de tiendas. A los cinco años se la ve salir de casa. Sonriente, transformada. La piel radiante, los ojos iluminados. Bajo el brazo una novela que dejaría estupefactos a críticos y lectores. A partir de entonces ya nadie se atrevería jamás a volver a escribir.

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