lunes, 7 de julio de 2014

Aptitud


 Cuando Rodolfo se enteró de que Dalí no sabía sacar entradas para el teatro, su anhelo de saberlo todo y comentar de todo para no parecer un inútil, se le antojó banal. Entonces, comenzó a admirar más a su mujer, Engracia, que en tantas ocasiones le había indicado con su mirada que estaba más guapo calladito.

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