El domingo cometí un exceso. Jugaba la final del torneo individual de tenis de casa Galicia y con el estómago hecho un guiñapo nos fuimos al tercer set. Tenía que haber renunciado y jugar un tie break pero... acabé hecho trizas, destrozado, con fiebre...Aun se nota en mis labios la marca del esceso. Ahora, a la espera de irme de convivencia a Pamplona el día 7 de agosto; y minetras, me preparo las clases del master que daré al año que viene en Innove Institute, la Escuela de Negocios de León.
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