domingo, 16 de agosto de 2009

Un día histórico



Esta mañana hice dos nuevos amigos: Eduardo y Gustavo. Me ha encantado la experiencia, que se repite una vez más. Se comienza con un tanteo inicial y si se ve que la cosa marcha, se entra en conversaciones serias, profundas, de calado, donde dices lo que quieres sin tapujos, con nobleza, con delicadeza pero agusto. Es un sensación de infinito, de grandeza, de inmensidad. Se abre un nuevo horizonte de comentarios, de sonrisas, de miradas. Es realmente muy bonito y engrandecedor. El pacto se ha sellado con dos jarras de cervezas y un buen jamoncito. El suceso en las cercanías de Aracena, en un pueblo blanco.

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