El viernes cené en San Marcos en la gala donde se dan premios a una serie de empresarios del CEL que de alguna manera han sobresalido este año. A mi lado estaba Eva y en la conversación me dijo que "ella vivía cada momento apasionadamente". Me miré a mi mismo y me vi con 44 tacos muy pequeñito, con mucha ilusión, pero pequeñito. Y volví a caer en la cuenta que no importaba, que lo que realmente vale la pena es estar en ese momento con esa persona, que no hay más: que lo trascendental es la influencia positiva o negativa que hayas ofrecido ahí, en ese mismo momento. Y, entonces, sí, todo vuelve a valer la pena porque esa persona sí se lo merece. En esto consiste en vivir la santa pureza, en tener el corazón libre para todos los afectos buenos; en tener el corazón grande para que ninguno se te escape.
lunes, 23 de enero de 2012
El paso del tiempo
El viernes cené en San Marcos en la gala donde se dan premios a una serie de empresarios del CEL que de alguna manera han sobresalido este año. A mi lado estaba Eva y en la conversación me dijo que "ella vivía cada momento apasionadamente". Me miré a mi mismo y me vi con 44 tacos muy pequeñito, con mucha ilusión, pero pequeñito. Y volví a caer en la cuenta que no importaba, que lo que realmente vale la pena es estar en ese momento con esa persona, que no hay más: que lo trascendental es la influencia positiva o negativa que hayas ofrecido ahí, en ese mismo momento. Y, entonces, sí, todo vuelve a valer la pena porque esa persona sí se lo merece. En esto consiste en vivir la santa pureza, en tener el corazón libre para todos los afectos buenos; en tener el corazón grande para que ninguno se te escape.
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