Este primer fin de semana de marzo fue diferente. Lo pasé con mis amigos de Casa Galicia. Partimos de madrugada desde León, para parar a desayunar y pasear por Cudillero. Son admirable de ver las casitas de colores. Para el almuerzo, llegamos a Viveiro (Lugo). Vimos una bodega y paseamos por el concejo. Una mariscada nos esperaba para la cena. Yo fui prudente y me fui en el primer turno del autobús, mientras el resto de la gente seguía baila que te baila. Fuimos ochenta personas, dos autobuses. El domingo por la mañana José Andrés y yo dimos uso de Talaso: espectacular. Un paseo de dos horas por la playa y nueva mariscada. Conversaciones interesantes, buen tiempo a pesar de lo anunciado y una manera de entrar en la historia de los demás, que de eso se trata. 100% recomendado. En las fotos, con José Andrés, José y Gelines.
lunes, 7 de marzo de 2016
jueves, 18 de febrero de 2016
De escribir se trata
En estos meses, mi faceta escritora se está colmando con creces.
Publiqué Si no fuera yo, entonces qué me gustaría, una colección de setenta relatos y microrrelatos, y los presenté en el Gran Café de León. Sigo asistiendo a las tertulias de "Cuento cuentos contigo" una vez al mes, donde de vez en cuando leo algún microrrelato; y cada quince días tenemos una tertulia literaria el grupo conectivodivergente: nos mandamos una tarea y escribimos sobre ella. Yo intento encauzar todos los relatos que escribo en los dos temas de mis siguientes libros: la crisis de los cuarenta (midlife crisis) y temas sobre la fe y la salvación.
Por otra parte, llevo cinco meses actualizando el libro que publiqué sobre inversiones: Valores en alza, tu conducta determina tu inversión. Se trata de ver qué nos aportan las virtudes de la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza a la hora de invertir o especular en bolsa. Lo editaré con Círculo Rojo: acabo de firmar el contrato con ellos.
Lo bueno de escribir, es que en el camino estoy conociendo a un montón de gente de lo más interesante.
Publiqué Si no fuera yo, entonces qué me gustaría, una colección de setenta relatos y microrrelatos, y los presenté en el Gran Café de León. Sigo asistiendo a las tertulias de "Cuento cuentos contigo" una vez al mes, donde de vez en cuando leo algún microrrelato; y cada quince días tenemos una tertulia literaria el grupo conectivodivergente: nos mandamos una tarea y escribimos sobre ella. Yo intento encauzar todos los relatos que escribo en los dos temas de mis siguientes libros: la crisis de los cuarenta (midlife crisis) y temas sobre la fe y la salvación.
Por otra parte, llevo cinco meses actualizando el libro que publiqué sobre inversiones: Valores en alza, tu conducta determina tu inversión. Se trata de ver qué nos aportan las virtudes de la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza a la hora de invertir o especular en bolsa. Lo editaré con Círculo Rojo: acabo de firmar el contrato con ellos.
Lo bueno de escribir, es que en el camino estoy conociendo a un montón de gente de lo más interesante.
jueves, 23 de octubre de 2014
Amorcicil Forte
Prospecto: información para el usuario
Amorcicil Forte 300 mg
Comprimidos efervescentes
Lea todo el prospecto detenidamente antes de empezar a tomar
este medicamento, porque contiene información importante para usted.
Contenido del prospecto:
1.- Qué es Amorcicil y para qué se utiliza.
2.-Qué necesita saber
antes de tomar Amorcicil.
3.-Cómo tomar Amorcicil.
4.-Posibles efectos
adversos.
5.-Conservación de Amorcicil.
6.- Información
adicional.
1.- Qué es Amorcicil y para qué se utiliza.
La tonteína,
principio activo de este medicamento, pertenece al grupo de los denominados
eufóricos, que actúan en la mente de las personas produciendo el enamoramiento.
Inmediatamente producen una sensación de felicidad incompresible médicamente
disminuyendo la ansiedad en el enfermo. Este medicamento está indicado para
facilitar la eliminación de problemas, reales o imaginarios, haciendo que la vida
se vea de color de rosa. Especialmente indicado para personas sensibles que
lloran viendo una película en el que un perro espera a su dueño durante años;
para quienes estén atascados escribiendo una novela, para quienes trabajan en Hospitales públicos; para quienes
después de un periodo largo de baja actividad, encuentran dos trabajos a la
vez; para quienes se dedican a mostrar la belleza en Catedrales o claustros de
Catedrales o para quienes se afanan con entusiasmo y eficacia al asesoramiento
financiero.
2.-Qué necesita saber
antes de tomar Amorcicil.
No es recomendado si es alérgico a la alegría y las ganas de
vivir y está empeñado en llevar una vida mustia. Tampoco si tiene pánico al
trato íntimo con las personas. Tampoco si se siente dichoso en su soledad. Los
seis efectos conocidos de este medicamento son:
-uno: Necesariamente se
enamorará de otra persona, normalmente del sexo opuesto al suyo. Esto sucederá
en un 95% de los casos -el que se enamore de otra persona-, el que sea de sexo
opuesto o no mejor no comentar que la gente de la ideología de género andan muy
revueltos.
-dos: Sentirá la necesidad
imperiosa de estar cerca de la persona amada, lo más cerca posible de ella. Ya
nos entendemos.
-tres: Sus sentidos adquirirán una nueva dimensión:
olerá fragmentos de la persona amada que antes de tomar la medicación le
habrían pasado desapercibidas como la piel o el cabello. El sentido del tacto
se le afinará. El gusto le hará paladear nuevos matices. El oído se
perfeccionará y será capaz de distinguir la vocecilla de la persona amada que
pide socorro entre una multitud de manifestantes que se han concentrado delante
de la sede de UGT en Asturias pidiendo la cabeza de un sindicalista corrupto.
-tres bis: Insistimos en lo del
tacto. Le recomendamos que lea la primera edición “El sentido del tacto” del
Concurso de microrrelatos “Los sentidos” organizados por la web manchoneria.es.
-cuatro: Sufrirá convulsiones
cada vez que la vea: cada palabra salida de su boca le parecerá importantísima
e interesantísima. El primer mes tartamudeará un poco y le costará mostrarse
tal cual usted es, pues en su mente tendrá el objetivo continuo de caerle bien
a esa persona. Siendo este proceso agotador, este deseo se extinguirá por si
solo al cabo de seis meses de tratamiento y volverá a ser usted mismo: ese ser
egocéntrico y timorato al que las reprimendas de su madre y de su profesora de
lengua le han marcado tanto que ahora necesita treinta sesiones de psicoterapia
con la psicóloga argentina de turno, a la que llegará a conocer después de
haber sucumbido a tantas sesiones, y de
la que ella se enamorará sin necesidad de tomar Amorcicil Forte pues
aunque resulte casi inimaginable, hay gente que se enamora sin tomar Amorcicil Forte.
-cinco: De repente mostrará
entusiasmo por cosas que antes le pasaban inadvertidas y adquirirá sabiduría en
el trato con personas del otro sexo. Así, por ejemplo, comprenderá que la mujer
no quiere que le resuelvan el problema cuando le preguntan algo (ya lo han
resuelto hace décadas) sino que la escuchen; o por ejemplo si es mujer y ese
día no le ha dicho su chico cincuenta veces que la quiere, comprenderá que no es que no la quiera, es
que está preocupado si Casillas jugará el siguiente partido de la Champion con el Madrid.
-seis: La visión se le hará
borrosa hasta que se encuentre delante de la persona amada. Entonces, percibirá
toda la realidad con nitidez. El corazón le palpitará muy rápido. Al cabo de
cuatro semanas volverá a su ritmo normal.
3.-Cómo tomar Amorcicil.
-Se
puede tomar una dosis antes de la comida.
-Si
está embarazada o en periodo de lactancia, consulte a su médico o farmacéutico
pues el Amorcicil le puede producir desencaje de mandíbula al darle de continuo
la llamada “risa tonta” lo que puede
afectar a su bebé pues le puede hacer pensar que vendrá a un mundo feliz, algo
de todo engañoso.
-La
dosis recomendada de este medicamento:
En
adolescentes a partir de 13 años: 1 pastilla al día.
En
adultos hasta los 65 años: 2 pastillas al día.
Personas
mayores de 65 años: 4 pastillas al día.
-Los
síntomas por sobredosis son nauseas, vómitos, ardor y dolor de estómago. En
caso de sobredosis o ingestión accidental, consulte inmediatamente al Maestro
Sako al 902333222, disponible las 24 horas al día.
4.-Posibles efectos
adversos.
Al igual que todos los
medicamentos, Amorcicil puede
producir efectos adversos, aunque no todas las personas lo sufran. Se pueden
producir los siguientes efectos adversos:
-efectos físicos: el lóbulo
cerebral derecho renacerá, por lo que le hará ser una persona más creativa, por
ejemplo, a la hora de escribir relatos. Perderá su lado más racional y
reflexivo. Ganará en impulsividad y emotividad, algo sumamente peligroso en
este mundo tan ordenadito en el que vivimos.
-efectos psíquicos: en presencia
de la persona amada:
-sentirá que su
cuerpo no pesa (efecto flotación).
-cualquier suceso
le recordará la primera vez que hizo algo con él/ella (efecto memoria
impresionada)
-todo le sabrá
apetitoso (efecto placebo).
-desaparecerán de
su cabeza el resto de las personas (efecto percepción selectiva).
-Sólo le
interesará lo que le afecte a la persona amada o lo que les afecte a los dos
directamente (efecto interés selectivo).
5.-Conservación de Amorcicil.
Mantener
este medicamento fuera de la vista y del alcance de los niños. Como dice la
escritora Sara Gordon el amor, “ese tema que tanto nos gusta a todos”, no está
pensado para los niños que están en otra relación más de, añade el escritor Joaquín Olmo, “niño-mascota, niño-padre, lobo-luna”.
No requiere condiciones
especiales de conservación.
6.- Información
adicional.
La información detallada y actualizada de este medicamento
está disponible en la página web de la agencia española de medicamentos y
productos sanitarios.
Uno de los efectos de este medicamento es que puede hacer
pasar al paciente por varias etapas amorosas. Le recomendamos el blog http://literaturamor.blogspot.com.es/ donde podrá tener conocimientos de
lo que supone pasar del amor sensual al amor trágico, del amor imposible al
amor recíproco, del amor idealizado al amor tirano y al amor cortés.
miércoles, 15 de octubre de 2014
Vuelta de tuerca
Llevaba una semana nervioso,
cualquier nimiedad le irritaba. Javier llegó un poco tarde -cinco minutos que
no van a ninguna parte- al partido de tenis y le echó una de esas miradas que
casi te matan. Ni un saludo de cortesía, nada, sólo un seco y destemplado:
“¿jugamos de una puta vez?”. Esa misma tarde, Raquel, su mujer, cogió su camisa
de vestir que él había dejado encima de una silla para darse una ducha rápida e
increíblemente, porque nunca antes le había pasado, se le olvidó mirar en el
bolsillo y, así sin más, la echó a lavar sin darse cuenta de que allí,
Francisco, había dejado su tarjeta de crédito. Bueno, bueno, la que se lió. Cualquiera
diría que cincuenta años de matrimonio estaban a punto de embarrancar por un
simple descuido que no pasó de ahí pues al rato se comprobó que la tarjeta
funcionaba perfectamente. Y es que Francisco andaba nervioso.
La consulta con la médico de enfermedades
infecciosas, Nati, que había conseguido ocultar a todos, había concluido. Fue
hace dos días el lunes, a las once y cinco de la mañana. Cómo olvidar la hora
precisa. El diagnóstico no albergaba dudas: “el “amigo” que te trajiste del
Zaire ha progresado mucho. Hoy por hoy la ciencia médica no puede hacer nada
más con el ébola. Calculo que te queda una semana de vida”. Como antes de jugar
al tenis que se entretenía visualizando golpes perfectos, en esta ocasión se
encontró imaginando su propio funeral, quiénes asistirían, cómo irían vestidos,
qué comentarían en los corrillos que se formarían.
Su mujer, claro, no sería capaz de aguantar el
tirón. Estaba seguro que se reuniría con él pronto, muy pronto, allí donde
fuera que él estuviera, una vez muerto. Lo había visto en dos amigos. Le daba
unos meses, cinco o seis a lo más. Cada uno de sus hijos reaccionaría de manera
desigual, tan diferentes eran. Así lo preveía y así, proféticamente, sucedió en
efecto. Fran, el primogénito, por ejemplo, en cuanto supo la noticia, se volcó
con él: ya no le daba esos cortes cuando hablaban que le dejaban tan
desconcertado y eran motivo de conversación nocturna con su mujer intentando
explicarse por qué le había dicho tal o cual cosa; en un par de ocasiones le
elogió su dedicación a sus “causas perdidas” -como Fran las llamaba- refiriéndose a su trabajo en la ONG “Progreso
del Zaire” cuyo lema era “hechos, no palabras”.
En cambio Susi no acabó de asumir
la noticia y, como en tantas otras ocasiones, decidió callar, callar todo el
día, callar cuando comía, callar cuando limpiaba la ropa y fregaba los suelos,
callar cuando iba de compras. Ya lo habíamos experimentado en otras ocasiones,
como cuando después de diez años intensos, sacó las oposiciones de Registros y
se tuvo que ir a vivir a Cintruénigo; o cuando le dijeron que esperaban
mellizos; o cuando su mejor amiga en plena crisis de los cuarenta y con muchas
telenovelas a cuestas se animó con su preparador de pilates y se fue a vivir
con él dejando atrás un matrimonio de quince años de historia y tres hijos
absolutamente estupefactos u ojipláticos, como diría Susana; o cuando, para
sorpresa de su propio editor, su libro de recetas de cocina se convirtió en un
auténtico best seller. Todo el día
callada. Sólo si le hacías una pregunta directa se dignaba contestar. Su mente
estaba bloqueada, en blanco. Turn off. Santi,
el mediano, se lo tomó con su propia filosofía: como si todos los días a tu
padre le quedara una semana de vida. Siguió tranquilo con sus cirugías
plásticas, con sus sesiones de jacuzzi
en Casa Galicia, consultando a Raquel en su consulta y con sus entretenidos
crucigramas y zudokus.
Y el día D se acercaba
vertiginosamente. Sólo le queda ya un día de vida. Quiere aprovecharlo al
máximo y planifica al detalle una comida andaluza a base de pescaíto frito y de
gazpacho con la gente que más quiere: su mujer, sus tres hijos, sus hermanos
Gervasio el odontólogo y Gertrudis la enfermera en estado de alzeimer galopante
y con Loli, claro, su amor secreto, su amor platónico, viuda, madre de diez
hijos, tres de ellos adoptados en la India. A la comida le sigue una animada
tertulia donde el alcohol comienza a hacer efecto y las lenguas a soltarse sin
tapujos. Se habla de todo y se habla de nada. Del sentido de la vida, por la
cercanía de la muerte de Francisco y porque Gervasio está leyendo una novela
autobiográfica de Víctor Frank, uno de los padres del psicoanálisis; y del
móvil de Susi que se ha quedado sin baterías; del patrimonio que deja a su
mujer y a sus hijos y de dónde tiene depositados su planes de pensiones (En
Renta 4, por supuesto), se pasa sin solución de continuidad al último
desencuentro del fideo Di María con el Madrid. De “¿Te acuerdas cuando?, ¿y de cuándo?, ¿y de cuándo?...”
A las dos y media de la madrugada
quedan en casa solos el matrimonio. El sabe que será la última conversación que
tenga con Raquel.
Pienso si es oportuno,
conveniente, necesario contarle, a estas alturas de mi vida, en este preciso
momento, eso, el secreto que llevo años escondido y ocultando y que me aprieta
el pecho cada ve que la veo. Pero nobleza obliga. Saboreo mi última copa de
rico pacharán para animarme, para darme valor. La miro. “Raquel cariño, tengo
algo que… “; en ese momento, en ese preciso momento, Raquel sufre, sin aviso previo,
muerte súbita. Me la quedo mirando sin poder asistirla, sin poder hacer nada.
Me la quedo mirando sin saber en ese preciso momento que el pronóstico fatal de
mi médico resultaría errado y que yo viviría, Dios mediante, treinta años más.
lunes, 28 de julio de 2014
Complejo de inferioridad
Nacho nunca llegaría a terminar Económicas. Ocho años de
esfuerzo inútiles. Al ver a sus ex compañeros yupis forrarse y arruinarse, y
volver a forrarse y volver a arruinarse con la crisis, asimila que vendiendo
golosinas a los chavales del Instituto vive una vida, al menos, bastante más
dulce.
jueves, 24 de julio de 2014
Altruismo
Susana montó la
ONG “Ayuda a los sin techos” en un momento de crisis
sentimental, cuando Paulino, después de un tiempito, le dijo “chao, chao”.
Ayudando a los demás, se dijo, me ayudaré a mi misma. Cuando todos los sin
techos de la ciudad estuvieron ubicados, le organizaron una fiesta sorpresa.
Todo iba bien hasta que apareció el alcalde que, en un exceso de elocuencia,
comunicó que el presidio había ampliado sus instalaciones.
jueves, 17 de julio de 2014
Vocación
Miguel Angel, a los dos días de nacer, cogió una enfermedad
muy mala y muy rara. El médico le preguntó a su madre:”¿a qué hora ha fallecido
su hijo?” Su madre contestó que no, que no había muerto, que estaba sano como
un roble. El médico se encogió de hombros y comentó: “Su hijo, señora, está
llamado a realizar cosas grandes en este mundo”. Miguel Ángel, cuarenta y siete
años después sigue cuestionándose todos los días qué coño quiso decir el
doctor.
jueves, 10 de julio de 2014
El primer día de mi vida
Suena el despertador, son las 7.30h
de la madrugada. Me despierto como siempre, con sueño, con mucho sueño. Antes
de abrir los ojos siento, una vez más, la delicada caída de las sábanas sobre
mi cuerpo y un segundo después el peso firme de las mantas. Antes de abrir los
ojos, me pregunto ¿dónde estoy Dios mío dónde estoy?: se hace un silencio. Y
ahora sí, legañoso, entreabro los ojos y me siento en mi cama. Mi mano
izquierda choca con el móvil-despertador que, encima de la mesita de noche y
camuflado entre unas llaves, un ebook
blanco y unos cascos de música, no para de cantar “la llaman Lola, y tiene
historia aunque más que historia será un poema”. Mi misma mano encuentra una
cadenita y… click, se hizo la luz.
Ahora sí veo que mi mesita es marrón
con cuatro cajoncitos. Encima, en continuo equilibrio, mi lámpara de noche, de
tallo marrón y cabeza apergaminada, huele a manuscrito del siglo VI. Y así,
sentado, mientras reflexiono sobre el porqué de mi vida, atisbo la puerta
cerrada de un armario que intuyo cargado de ropa, también marrón. Parpadeo dos
veces ¿estoy en mi habitación? Reconozco a duras penas el mismo suelo de siempre,
de parqué flotante, lleno de cuadraditos
que se entrecruzan, de marrón claro. Miro al techo y reconozco este cielo,
color crema, en medio de las sombras. Y miro a mi derecha y veo allí tirada,
retadora, al pie de la cama, la colcha morrón claro que me increpa a que la
devuelva a su sitio. Le hago caso, hago la cama. Me vuelvo a sentar, agotado de
tanto esfuerzo, y veo otra puerta, la del cuarto de baño. Mi mano izquierda
repta por la pared y enciende un blanco interruptor y la luz inunda ya toda la
habitación. La dejo allí, tranquila y me aseo.
Han pasado 20 minutos y la vida ya ha
cambiado. Abro la puerta del cuarto de baño y todo huele a azahar de Sevilla y,
enfrente, mi sofá oso, con la piel cubierta de cuadraditos verde claro, verde
oscuro, verde claro, verde oscuro. Nos miramos con complicidad y lo abrazo:
perfecto ensamblaje. Me acurruco con él y, cerrados los ojos, pienso en el
nuevo día. Abro los ojos y veo a mi
noreste una mesa que alguien ha puesto allí del siglo V antes de Cristo, de
madera, con cuatro piernas. En la superficie hay un cristal y encima del
cristal cualquier cosa: una lámpara moderna de oro que da una luz de sol y en
la base una imagen de la
Esperanza Macarena que me sonríe; y también, varios libros
además de un portátil y más libros y revistas.
Delante de la mesa tengo una silla moderna, tapizada de azul, de las que
vienen bien para la espalda. Mi vista se fija un poco más a la izquierda y
descubre, perplejo, otro armario, con puertas de madera, donde, vuelvo a
intuir, se guarda ropa de deporte.
A la derecha del armario un radiador
blanco del pleistoceno que me hace
recordar que vivo en León. Enfrente de la mesa cuelgan unas cortinas blancas,
blanquísimas, que abiertas, permiten divisar una pequeña jardinera, sin flores,
pobre. A lo lejos veo un enorme edificio blanco que necesita una mano de
pintura. Me levanto del sofá y me giro a la derecha para encontrarme, allí,
majestuoso, a la joya de la corona: un altivo mueble de madera, de dos metros
de alto, donde escondo, en la parte inferior, viejos apuntes de carrera y,
entre cada baldosa, libros, revistas, películas, fotografías, dos latas de coca
cola con mi nombre a parte de una bandeja blanca de los chinos llenos de
cachivaches… Y encima del mueble reposa un mapamundi que me sugiere que hay más
allá de estas paredes. Me levanto del sofá. El deber me llama. Salgo de la
habitación y como si fuera la última vez, me vuelvo y me despido: enfrente a mi
Macarena, a la derecha las cocacolas y mi oso y mi cama. A la izquierda tengo
mi ropa de deporte y mi armario que intuyo anda cargado de ropa. Y les digo
adiós, hasta la tarde.
lunes, 7 de julio de 2014
Aptitud
Cuando Rodolfo se enteró de que Dalí no sabía sacar entradas
para el teatro, su anhelo de saberlo todo y comentar de todo para no parecer un
inútil, se le antojó banal. Entonces, comenzó a admirar más a su mujer,
Engracia, que en tantas ocasiones le había indicado con su mirada que estaba
más guapo calladito.
lunes, 30 de junio de 2014
Logro
Pancracio quiso estudiar derecho y ser abogado. Quiso ser
abogado para ganar dinero y comprarse una casa y fundar una familia. Quiso
fundar una familia para ser el líder de su tribu. En la cama, moribundo, sólo
alcanzó a decir: “planifiqué mi vida a largo plazo y se me olvidó vivir el
momento. Porca miseria.”
viernes, 27 de junio de 2014
Influencia
Cristina pensó que su entorno le era hostil. Decidió cambiar
el ambiente y, pronto, se convenció de que era imposible. Leyó una noche a
Calderón de la Barca
y se compró cuatro máscaras: una para usar en el trabajo, otra, para cuando
estaba con su familia, otra para cuando iba al gimnasio y otra para ponérsela
con sus amigas. Al día sólo andaba sin máscaras cinco minutitos, los que usaba
para pintarse las uñas.
martes, 24 de junio de 2014
Maslow
Rebeca subió un escalón, comió. Subió otro escalón, tuvo un
hijo. Subió un tercer escalón y empezó a trabajar. Subió otro escalón, le
dieron un viaje de premio a Benia de Onis. Subió un último escalón y alcanzó la
cima: y allí vio las montañas repletas de escaleras y de gentes que subían y
subían y alcanzaban la cima y veían montañas cargadas de escaleras y de gente que
subían y subían y así eternamente.
lunes, 23 de junio de 2014
Estado de flujo
Sonia entra en estado de flujo. Se encierra en su habitación
y se olvida de comer y de hablar con sus amigos. Ya no sale como siempre a
hacer la compra ni a ir de tiendas. A los cinco años se la ve salir de casa.
Sonriente, transformada. La piel radiante, los ojos iluminados. Bajo el brazo
una novela que dejaría estupefactos a críticos y lectores. A partir de entonces
ya nadie se atrevería jamás a volver a escribir.

jueves, 19 de junio de 2014
Esfuerzo
Se esforzaba continuamente; iba y venía de aquí para allá sin
parar. Sudaba. Estaba cansado. Vivía tensionado. Toma tranquimacín. Tanto correr, se decía, dará sus frutos. Pobre, no
sabía que era un conejo de carreras de galgos y que la meta sólo la alcanzaba
uno.
lunes, 16 de junio de 2014
Expectativas
A Gertrudis la habían propuesto escribir sobre la educación
de los hijos. El grado de excelencia que había conseguido en sus clases en la Universidad de Oviedo había llegado a oídos de la
Editorial Eolas. Los cinco años siguientes los dedicó a
escribir y a dar conferencias por todo el país. A todo el mundo le sonaba bien
lo que decía: “qué interesante”, comentaban, “qué bien me viene a mí esta
idea”. Dedicó tanto tiempo al tema que se olvidó de sus tres hijos.
jueves, 12 de junio de 2014
Cómo me motivo
Esta semana leí un libro titulado "Las claves de la motivación", de Antonio Blanco Prieto. He escrito microrrelatos de los conceptos importantes del libro.
Las claves de la
motivación
Metas
Su vida se había convertido en un borrar las “tareas” que se había marcado en las “Notas” de su móvil. Por la noche llegaba
a casa corriendo y las repasaba: borraba, borraba, borraba. “Lo hice, lo hice,
lo hice”. Un día, su mujer, por un descuido, le borró a él de las “Notas” de su móvil, y desapareció.
lunes, 9 de junio de 2014
La verdadera
historia de Caperucita roja
Me
dice mi madre que vaya a ver a la abuela. Vaya rollo. Es que cada vez que me ve
me da mil besos y además pincha. Lo malo es que sólo tengo doce años y tengo
que obedecer siempre a mamá. ¿o no? Bueno, me pondré el ridículo gorro rojo que
me ha hecho en el taller de “cose, cose”, donde las señoras sin oficio ni
beneficio van a pasar el rato, e iré a ver al coñazo de la abuelita.
Vaya,
un lobo. Parece medio lelo y además por un ojo yo creo que no ve nada. Y se dirige
a mí, qué curioso. Un lobo que habla.
-¿A
dónde vas, criaturita de Dios?
-A
tí que te importa.
-¿No
irás a ver a tu tierna abuelita?
-Pues
sí, ya ves, haciendo familia.
-¿Y
dónde vive tu adorable abuelita?
-Vaya,
vaya, nos ha salido curiosón el lobo. Ya sabes que a la curiosidad se la comió
el gato.
-Bueno,
bueno, ¿no me dices entonces dónde vive?
-Ni
de broma, anda ya. Me voy.
Y
sigo mi camino tan pancha dejando a ese rarito lobo a mis espaldas.
Lo
que no ve Caperucita Roja, que así se llamaba la niñata, es que el lobo la ha
seguido sin que ella se diera cuenta y que por el camino donde ella va, a lo
lejos, divisa la casa, sin duda de la abuelita. Corto ni perezoso, abre una
ventana con intenciones torcidas cuando le detiene estupefacto la visión de la
abuelita, con ochenta años, con el pelo blanquísimo, que le apunta con un rifle
de caza:
-¿A
dónde vas, Barrabás?
Y
al terminar estas palabras, le dispara a quemarropa y destroza al lobo. Toda la
habitación se llena de sangre lobuna. Caperucita, silvando -“Fue mujer serena hasta en el instante de entregarse
presta a sus amantes, es tiempo de
llanto, es tiempo de duda, de nostalgia y de su locura”- entra en la casa de
la abuela y se hace una idea rápida de lo que ha pasado.
Cabreada, porque han matado
al lobo con quien mantuvo recientemente una conversación, corta pero sustanciosa,
saca su tirachinas y dispara a la abuelita en la cabeza, produciéndole una
hemorragia interna que causa la muerte fulminante. Eso es lo que dirá el
forense más tarde, “muerte fulminante”. Muerta de miedo por lo que ha hecho y
pensando en la regañina de su madre, Caperucita se suicida tomándose unos
barbitúricos que encuentra en el botiquín de la vieja.
Moraleja:
Las
cosas no son como nos la han contado
Pues
la realidad cotidiana es muy cutre
Y
embellecer es oficio de artistas
De
escritores, poetas, de ahí se nutre
Lo
que nos parece hermoso de tu mente deja de lado.
lunes, 2 de junio de 2014
Este es mi barrio
Salgo del portal de casa y me
detengo. Hoy no quiero que sean mis pensamientos los que me dirijan al trabajo
sino contemplar, como por primera vez, mi barrio. Y así, parado, miro a mi
derecha. Ante mí se alzan árboles, verde y, al fondo, edificios. Lo que veo al
frente me indica que estoy en una calle relativamente comercial; en el bajo del
edificio marrón de seis plantas donde nunca, por cierto, se ve a nadie. Fremap
(antigua Mapre) me recuerda que el orden de las palabras no altera el
significado. Respiro hondo y comienzo a andar tranquilo hacia mi izquierda,
así, sin prisas.
Doy unos pasos y el piar de unos
canarios se confunde con el olor a ibérico y pata negra. Me distraigo con el grito
poderoso de un energúmeno: “¡Sinvergüenza!”. Por lo visto, otro conductor más
hábil le quitó el sitio. El injuriado conductor, al margen del mundo, recorre
toda la calle para pagar en la oficina de la hora. Toda esta parte de la
derecha de la calle está abarrotada de coches.
A la vez que rememoro el aroma a
jamón, me tropiezo con otro olor, esta vez menos agradecido e inconfundible: ahora
huele a sudor, qué asco, y es que, a pesar de ser lunes, miles y miles de
individuos entran y salen del gimnasio: entran sonrientes, silbando, y salen
agotados y pesarosos. Oigo sus conversaciones y me pregunto de qué planeta
viene esta gente:
-¿Qué tal te fue el Zumbafitness?
-Yo me apunté al Body compact.
-Pues yo al Body pumb.
Mientras medio me mareo pensando en
estas artes, me alivio pensando que
en la otra acera hay gente normal, que desayuna tranquila y compra pan recién
horneado en la tienda de al lado. Sigo andando y decido comprar una cajita de
aspirinas. Cualquiera de los dos hermanos me atiende con razonable eficacia.
Salgo de la farmacia y, de repente,
me encuentro en otro mundo: ¡es la invasión China!, me digo. En mi acera hay un
gran bazar, que me anuncia rebajas del 30% y enfrente está la Academia de Magia,
donde Zuan Xen imparte clases los viernes por la tarde. Al lado, se erige el Dragón
Rojo, un enigmático restaurante chino, en el que, durante los diez años que
llevo viviendo en esta zona, nunca he visto entrar nadie allí. Sigo andando y
qué me espera: pues sí, otro bar, que para algo somos españoles y necesitamos
relacionarnos y hacer networking:
bullicio, risas, algunas ojeras y olor a café recién servido. Ahora mi vista
cruza la calle y se encuentra con el azul de la tienda azul de ropita de niños.
Eso sí, azul esperanza, que, como esto siga así, será lo único que dejemos a
las nuevas generaciones.
Y ésta es mi calle, cargada de magia
y misterio oriental, con sabor a pan recién hecho, a jamón exquisito y a sudor
deportivo, con edificios marrones de los años ochenta, que, en sus bajos,
albergan salud, seguros y relaciones.
Este es mi barrio, y por muchos años.
martes, 27 de mayo de 2014
Nuevos relatos
Después de dos años de silencio, retomo este blog.
Aprieta firme una mano
huesuda y descoyuntada sin saber que este primer encuentro marcará el comienzo
del fin de un nuevo ciclo, que verá sus sabrosos frutos justo un año después en
la vieja y dolorida Ucrania.
Últimamente he cursado dos talleres de escritura creativa, por lo que las próximas entradas van a ser relatos que he creado en estos meses. Os dejo con el primero de ellos, en plan autobiográfico (en parte):
21 de febrero de 2013.
Hace una semana que acaba de contratar al “Asesor” para resolver los pequeños
probremillas, que como una losa, pesan sobre sus espaldas. Aun con muy buenas
referencias, solicita de Clarisa una breve descripción de su marido para poder
reconocerle nada más le vea bajar del tren. Sin prisas, ya en la estación, saca
del bolsillo de su vieja gabardina el papel impreso del e-mail que ella le ha
enviado, y para sus adentros, comienza a leer:
“Estimado Sr:
Miguel Angel Cercas, a
la sazón mi marido, tiene 46 años, mide 1.80 centímetros -más de lo que yo
quisiera, que se tiene que agachar cada vez que le quiero dar un beso en la
calva- y pesa 71 kilos, un poco delgado ¿no cree?; Siempre ha sido un poco
enclenque pero muy flexible, que en los Marianistas de Jerez donde nos
conocimos le llamábamos Gominolo. Es de
nariz aguileña o cleopátrica como diría mi madre, ojos saltones y piel
agitanada. Le verá bajarse del tren con andar decidido, pasos cortitos y el
cuerpo erguido: camina como montando a caballo, la espalda siempre, siempre,
siempre recta. Es un buen hombre, un poco despistadillo y “dúctil y conciliador” como Chamberlain
(¿En su país no le describían así en los libros de textos?). Peina canas que le
confieren ese aire de madurez contenida. De ojos castaños, su mirada es…
acogedora, limpia, comprensiva. Cree que viste elegante: no se da cuenta que
soy yo quién le compra la ropa. Al principio te parecerá -perdona que te tutee-
muy serio y callado, pero es que es su manera de afrontar situaciones y
personas que apenas conoce. Poco a poco se te irá abriendo y, entonces, ya
verás llegaréis a ser grandes amigos. Más que reír, sonríe. Yo nunca le he
visto cabreado. Reflexivo, no suele decir lo que primero se le ocurre: ni lo primero,
ni lo segundo ni lo tercero, vaya, que es dificilísimo saber en qué piensa. El
se cree joven, pobre iluso: sólo tienes que sacarle un día a cenar y trasnochar
y ya verás cómo lo encuentras al día siguiente. No sé si te había dicho ya que
es despistado, y lo sabe, por lo que no te sorprendas si le ves continuamente
con su agendita azul tomando notas, que son recordatorios de citas, de cosas
que tiene que hacer o pensamientos que no quiere olvidar. Es muy gracioso:
estás viendo “Ladrona de libros” en el cine, y saca su agenda y apunta: “no
bajarme en papyrenet ladrona de libros”; estás viendo “El lobo de Wall Street”
(mala, malísima) y apunta: “ver qué imagen estoy dando a mis clientes”… La
verdad es que tiene una memoria muy selectiva, vamos que se acuerda de lo que
le da la gana: no se le olvida una cara, pero no recuerda ni un nombre (el mío sí, pero es que llevamos 10 años
casados); recuerda olores pero ni idea de colores; recuerda promesas. Más
emocional que racional, su sí es un sí y su no es un no: no le gustan las
medias verdades. Yo si fuera tú, y no es por nada, con el follón que tienes no
dudaría en contratarlo.”
El alto funcionario
mira el tren que se acerca y rememora lo que del “Asesor” leyó en la Wikipedia:
“Apasionado en sus labores: estudiante, investigador, abogado, gestor,
escritor, asesor…”
Por primera vez en
mucho tiempo sonríe.
lunes, 28 de mayo de 2012
martes, 10 de abril de 2012
En el tunel del tiempo








Fuimos Roa´s family y yo a celebrar la vigilia del sábado santo a Samos, al monasterio. Nos invitaron a cenar y a dormir. El monasterio es el más grande que tienen los benedictinos, una comunidad de 14 con 9 muy mayores. De anfitrión el padre Alberto, un bilbaino que nos contó su vida en la cena y a quien estamos muy agradecidos. Vigilia simpática y chocolatito. Lo más asutero las habitaciones, el frio las tres mantas... El domingo nos fuimos a recorrer la Ruta sacra, con algún monasterio y la ribera sacra, un viaje en barquito hora y media: lo mejor, la comida en plan pulpeiro y el solecillo.
viernes, 23 de marzo de 2012
jueves, 8 de marzo de 2012
lunes, 13 de febrero de 2012
lunes, 23 de enero de 2012
El paso del tiempo
El viernes cené en San Marcos en la gala donde se dan premios a una serie de empresarios del CEL que de alguna manera han sobresalido este año. A mi lado estaba Eva y en la conversación me dijo que "ella vivía cada momento apasionadamente". Me miré a mi mismo y me vi con 44 tacos muy pequeñito, con mucha ilusión, pero pequeñito. Y volví a caer en la cuenta que no importaba, que lo que realmente vale la pena es estar en ese momento con esa persona, que no hay más: que lo trascendental es la influencia positiva o negativa que hayas ofrecido ahí, en ese mismo momento. Y, entonces, sí, todo vuelve a valer la pena porque esa persona sí se lo merece. En esto consiste en vivir la santa pureza, en tener el corazón libre para todos los afectos buenos; en tener el corazón grande para que ninguno se te escape.
jueves, 22 de diciembre de 2011
martes, 6 de diciembre de 2011
martes, 22 de noviembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
miércoles, 2 de noviembre de 2011
lunes, 31 de octubre de 2011
De encuentros y reencuentros

La semana pasada estuve en Pamplona el fin de semana. El viernes por la noche cené con Jesús, un amigo pamplonica de la universidad. Su padre trabaja en el Diario de Navarra y yo, mientras estudiaba Derecho, trabajaba por las noches de corrector de pruebas allí. Me dijo que tenía un hijo estudiando Derecho y así fue como nos conocimos. Desde entonces cuando voy a Pamplona nos ponemos al día. El sábado morning estuve con Manuel, recién aterrizado en Pamplona donde estudia primero de Medicina. El plano fuerte fue a las 13.00h, donde quedamos en el Tres Reyes para comer con gente de la promoción del MUDE (Master universitario en Derecho de empresas): nos juntamos 15 y por lo visto yo tenía la pinta más joven (eso comentaba por lo visto Pedro J. Ramirez en las bodas: los numerarios los mejores conservados...). Miles de emociones, de recuerdos, de conversaciones hasta horas tardías... Regresé por la noche al campus (C.M Mendaur) muy contento, confirmado en mi perspectiva vital. Estuve en la Ermita de Nuestra Señora del Amor Hermoso y me acordé de muchos de León. Pamplona for ever, siempre Pamplona.
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